Las tortugas o Quelonios (Testudines) constituyen un orden de reptiles (Sauropsida) definidos por poseer un tronco amplio y corto, y una corteza o cubierta que resguarda los órganos internos de su cuerpo. De su corteza surgen, por delante, la cabeza y las patas delanteras, y por detrás las patas traseras y la cola.
Características de los Quelonios
La particularidad más significativa del esqueleto de los Quelonios es que una gran parte de su columna vertebral está unida a la parte dorsal de la corteza. El esqueleto hace que la respiración sea absurda por movimiento de la caja pectoral; se ejecuta esencialmente por el encogimiento de los músculos ventrales cambiados que trabajan de modo semejante al diafragma de los mamíferos y por corrientes de bombeo de la faringe.
Sin embargo, carecen de dientes, poseen un pico córneo que cubre su mandíbula, similar al pico de las aves.
Al igual que todos los reptiles, las tortugas son animales ectotérmicos, lo que simboliza que su acción metabólica depende de la temperatura del exterior o ambiental. Las tortugas cambian la epidermis; sin embargo, a diferencia de los lagartos y serpientes, lo realizan poco a poco. Igualmente mudan o desprenden los escudos de la cubierta, personalmente y aparentemente sin un orden explícito. La reproducción es ovipara
Clase de huevo y progreso embrionario de los Quelonios
Del mismo modo que los huevos en sus hermanos reptiles y de las aves, los huevos de las tortugas están cercados por una membrana vitelina, tres mantos de albumen y cutícula. Los huevos de las tortugas poseen un par de membranas de apartamiento: una gruesa manta de proteína y la cubierta calcárea.
Estos huevos son ubicados en la tierra y son empollados en situaciones naturales, donde están exhibidos a diversas circunstancias como la temperatura y humedad referente que pueden ser esenciales para el desarrollo primero del huevo y del embrión que dentro este huevo se está desenvolviendo.
El huevo es meroblástico telolecitico, el cual se define por que la yema o el polo animal se localizan alejados del polo vegetal, y en el caso de este tipo de huevo solo se parte para crear las tres capas embrionarias el polo animal. Cabe recalcar que el progreso de las tortugas, previo a la fecundación, pasa por un clivaje o segmentación celular que se determina por ser aplanado, creando un blastodermo.
Este blastodermo va a acceder el perfeccionamiento de las tres capas iniciales, que luego se van a dar lugar a la creación del embrión. Gracias a métodos progresados de biología del desarrollo podemos conseguir mapas de persecución celular, en los cuales podemos seguir una celula de cualquier capa inicial y establecer que tejido constituyera de acuerdo a la descripción de las células que lo acomodan.
Asimismo, en las tortugas obtenemos:
Ectodermo
Creación de piel, cerebro (SNC), penacho neural, púa cordal.
Mesodermo
Formación de músculos donde hallamos corazón somitas, cubierta o espaldar, pechera, notocordio.
Endodermo
Producción de tubo digestivo, hígado e intestinos.
Organismos del grupo de los Testudines
Los organismos que conciernen al grupo de los Testudines poseen un plan básico muy particular. Este plan básico se acomoda del progreso dilatado de sus vértebras torácicas, creando una espalda alargada que se le llama caparazón. Pero todo esto se despliega desde que el cuerpo es un embrión, por lo tanto el perfeccionamiento del embrión es esencial para el desarrollo del plan corpóreo del organismo ya salido del huevo.
Embriones de los Chelonios
Los embriones de los Chelonios consiguen una fracción importante del calcio utilizado en la calcificación de los componentes esqueléticos de las zonas internas de la cáscara del huevo, lo que les admite tener un progreso sustancial en sus capas descarnadas, lo cual parece ser concluyente si notamos que las tortugas son envueltas en su gran mayoría por organización ósea.
Los embriones de los Chelonios, gracias a su asimilación, deponen gases respiratorios. Estos gases por proceso de propagación pasan por poros de la cáscara del huevo caliza y por sitios entre las fibras del par de tegumentos del huevo. Esto es esencial para el progreso del embrión dentro del huevo, dado que si estos gases se amontonaran dentro del huevo podrían llegar a incitar la muerte del embrión, ya que podría llegar a destrozar las membranas del huevo antes de que el embrión se despliegue absolutamente.
La asimilación de los embriones de las tortugas depende de la temperatura y de las situaciones en las cuales son producidas, como sucede con la mayoría de los cuerpos ectotérmicos. Para cada variedad de este orden, no parece haber una temperatura personal a la que el progreso embrionario.
Aunque en nuevos estudios se traza y se asimila la idea que la temperatura es un factor concluyente en el valor del sexo del embrión que se despliega dentro del huevo, por lo tanto a otras temperaturas se conseguirá tasas desiguales de machos y de hembras en una puesta.
Del mismo modo, las desorientaciones escabrosas del rango de temperaturas óptimas para el perfeccionamiento del embrión excitan acrecentamientos en las rarezas del desarrollo y / o la destrucción embrionaria.
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Cubierta de los Quelonios
La cubierta consta de dos zonas:
Espalda de los Quelonios
Es la porción superior o dorsal (igualmente citado ‘’caparazón’’); está formado por cinco filas de placas; la central o neural, en enfoque medio, cercada a cada lado por las líneas costales, que, a su vez están ceñidas por las hileras secundarias.
Plastrón de los Quelonios
Es el fragmento inferior o abdominal (igualmente citado ‘’peto’’).
La estructura, representación y tonalidad de la cubierta de las tortugas transforma de una variedad a otra. Están arreglados por gruesas placas óseas internas, calcificaciones de la dermis que se unen a las vértebras y a las costillas; son una anomalía las variedades de la familia Trionychidae, en las que dichas placas están sometidas o son ternillosas (ricas en calcio). Sobre estas placas óseas se desarrolla uno de los sucesivos caparazones:
1. Piel principalmente sólida, casi resistente (parecida al cuero).
2. Placas membranosas de queratina, confrontables a las escamas de los otros reptiles.
3. Escudos óseos envueltos por una delicada capa córnea levemente endurecida (sólo en el caso de las tortugas terrenales; es decir, la familia Testudinidae).
Las tortugas que exhiben caparazón superficial son las tortugas de corteza blanda (familia Trionychidae) y la tortuga nariz de cerdo (Carettochelys insculpata). Igualmente la tortuga marina laúd (Dermochelys coriacea) tiene caparazón superficial pero reforzado con numerosas láminas óseas chicas.
El resto de las tortugas posee un caparazón hecho por placas óseas con corteza de escudos queratinosos. Dichas placas no concuerdan en número, enfoque ni tamaño con los escudos, lo que suministra rigor y firmeza a ese ejemplo de caparazón.
Fisiología y ecología de los Quelonios
La asimilación de las tortugas es muy pausada, y las variedades acuáticas pueden persistir sin respirar durante mucho tiempo. En climas moderados todas las variedades hibernan habitualmente.
La reproducción es ovípara y el período se ejecuta en nidos que ellas mismas dragan en la tierra, donde el calor preciso es contribuido por brillo solar. Un caso especial es la antigua tortuga terrestre asiática Manouria emys, que edifica un nido de cerca de 50 cm de elevación a base de tierra y hojas.
Es singular la extrema duración de las tortugas. Una de las tortugas que se conoce que existió más es una tortuga de las Galápagos de Charles Darwin llamada Harriet; salió en 1830 y agonizó el 25 de junio de 2006 (vivió 175 años).
Hay tortugas de ambiente terrestre, marino y de agua dulce. Del mismo modo existen gran suma de variedades que pasan una parte del tiempo en tierra firme y otra parte en agua dulce. Las de ambiente terrestre muestran dedos libres, mientras que las de los entornos acuáticos poseen los extremos innovados en aletas o bien los dedos acoplados por una cápsula.
Principio y progreso de los Quelonios
El testudino más viejo que se frecuenta es Odontochelys, que vivió en Asia meridional en el Triásico, hace 220 millones de años, lo que presume que las tortugas sea uno de los grupos de reptiles más viejos y, por supuesto, mucho más arcaicos que los lagartos y serpientes. Era acuática, y tenía un plastrón bien determinado, pero el respaldo era antiguo.
La siguiente tortuga fue Proganochelys (antes Triasssochelys), que existió en el Triásico superior de Eurasia hace unos 210 millones de años. Era una tortuga antigua, con una cubierta parecida al de las variedades presentes, pero tenía aún dientes en el gusto; la cabeza, cola y patas no podían apartarse dentro de la cubierta, pero estaban resguardadas por aguijones.
Primitivamente, las tortugas eran terrestres; 100 millones de años luego de su presentación, algunas desarrollaron para ser acuáticas y 50 millones después evolucionaron para ser marinas. Se puede decir que las tortugas marinas progresaron de líneas de sucesoras por más de 80 millones de años.
Durante algún tiempo fue un tema de encendidas disputas el catalogar a los testudines. La mayoría de los herpetólogos y taxónomos concordaban en que las tortugas concernían al clado de los anapsidos (sin fenestras).
En 2015, un equipo liderado por el biólogo Gabe S. Bever llevó a cabo una exposición del cráneo de una tortuga antigua, Eunotosaurus africanus; los efectos insinúan que las tortugas en realidad conciernen a la subclase de los diapsidos (siendo, por tanto, más adyacentemente enlazados con los arcosaurios y lepidosaurios), en este caso personal sus fenestras se habrían cerrado a raíz de algún factor progresivo.
Chelonioidea
Los quelonioideos (Chelonioidea) son una superfamilia de tortugas que alcanza las tortugas marinas. Constituye de dos familias actuales: Cheloniidae y Dermochelyidae, que contienen siete u ocho variedades vivas.
Algunas de estas variedades viven en todos los océanos, salvo en las zonas polares, y hacen magnas migraciones, como la tortuga verde (Chelonia mydas), la tortuga boba (Caretta caretta), la tortuga de carey (Eretmochelys imbricata) o la tortuga laúd (Dermochelys coriacea).
Otras poseen una colocación mucho más localizada como la tortuga olivácea (Lepidochelys olivacea) o la tortuga bastarda (Lepidochelys kempii). La tortuga plana (Natator depressus) se halla exclusivamente en la costa norte de Australia.
Representación frecuente de los Quelonios
Las tortugas marinas tienen unas cortezas que se acoplan de lado, lo que las resguarda de los depredadores y las diferenciaciones en la temperatura. No obstante, no todas las cubiertas de las tortugas de hoy en día son iguales. Por ejemplo, la tortuga laúd (Dermochelys coriacea) posee una cubierta elástica y delgada, razón por la cual se las designa «tortugas suaves».
Las tortugas marinas pueden vivir de 150 a 200 años según su género. Pueden conseguir 27 km/h a 35 km/h nadando en el mar. Tienen un cuello acomodado por 8 huesos, el cual no pueden meter dentro del caparazón, y poseen en general poca oscilación.
Las tortugas no poseen dientes porque los han desplazado por picos tajantes en la parte superior de su boca. Al mismo tiempo no tienen oídos externos, sino un oído interno muy eficaz.
Ajuste de los Quelonios
Las tortugas marinas son reptiles y por lo tanto son animales ectotermos, en otras palabras, su temperatura corpórea se ve conmovida por las situaciones del medio. Las tortugas marinas sistematizan su temperatura trastornando su conducta, como ejecutando sumersiones a gran hondura para enfriar su organismo o nadando más fulminante para que el calor de la actividad muscular acreciente su temperatura. Las tortugas marinas igualmente eligen las corrientes de agua fría o caliente con el mismo propósito.
El sentido del olfato en las tortugas marinas es frágil pero el de la vista se despliega mejor en estas que en las terrenales. El sentido del oído es muy sutil. Las tortugas marinas poseen un sentido de la disposición muy próspero, el cual les permite volver a arrojar a la misma playa en la que surgieron.
Reproducción de los Quelonios
Los machos suelen ser más chicos que las hembras y poseen la cola más larga y ancha. No son vistos en tierra porque son las hembras las que colocan los huevos en la playa. Las tortugas marinas tienen una perforación que tiene doble intención: Echar la evacuación y la reproducción.
El pene de la tortuga macho se manifiesta a través da la edad de 6 a 8 años. A la hora del coito los machos se descansan en la parte superior de la hembra, hunden las garras y meten el semen en la hembra, que puede acumularlo durante varios años. La reproducción se suele dar en aguas hondas.
Período
Los huevos tardan 2 a 3 semanas en constituirse dentro de la hembra. Las tortugas realizan un recorrido muy largo por la playa hasta hallar el lugar perfecto para el desove. Las zonas para el depósito de los huevos tienen que estar sin flora y a cierto trayecto de la costa, ya que la marea alta podría llegar al sitio de expansión y tirar a los huevos. Para ejecutar la puesta las tortugas remueven un hoyo de entre 40 cm a 60 cm en los que colocan de 50 a 100 huevos.
La temperatura del nido es la que establece el sexo de las tortugas. El desarrollo puede durar entre 40 o 70 días. Los huevos se afrontan a peligros como perros, mareas altas, especuladores de huevos para su posterior venta, turistas clavando sombrillas o creando castillos de arena. Las nuevas tortugas tratan de surgir en la noche cuando no hay tantos predadores y la temperatura baja. Las pequeñas tortugas siempre persisten hasta que todas sus hermanas salgan del huevo, así brotan todas a la vez orientándose al mar.
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Desarrollo y nutrición de los Quelonios
Las tortugas de agua dulce son carniceras; las de tierra, herbívoras y por último, pero no menos importante, las de mar son omnívoras. En este sentido, las tortugas marinas comen coral, que les suministra de calcio, flora marítima, algas, y las más carniceras almuerzan chicos invertebrados o pulpos, las tortugas baúlas consumen medusas. Las tortugas migran perseverantemente entre las áreas de nutrición y las de proliferación. Las tortugas se hallan en las áreas de reproducción en invierno y en las de sustento en verano.
Las tortugas marinas poseen un desarrollo perpetuo durante toda su vida. Al brotar, las tortugas pueden pesar 50 g, en un año 2 kg, a los 3 años 20 kg y 300 kg en la madurez (14 años). La madurez sexual la consiguen entre los 6 y los 15 años.
Extinción de los Quelonios
Luego de haber perdurado en la tierra durante más de 220 millones de años, estos grandiosos y misteriosos viajeros del océano, están siendo utilizados y perturbados prácticamente en todas las zonas donde se hallan. Seis de las siete variedades de tortugas marinas están en peligro debido a la acción conjunta de la contaminación marina, la sobreexplotación, asfixias fortuitas y perjuicios en las regiones de cría.
Solemnes reptiles
Durante la designada ‘’era de los descubrimientos’’, los mamíferos dependían de la carne fresca de tortuga para completar su nutrición. Infelizmente, hoy continuamos explotando estos grandiosos reptiles, por lo que se requieren medidas eficaces para salvar algunas variedades.
Las tortugas marinas están magníficamente adecuadas al mar, con extremos similares a aletas, concha hidrodinámica y facultad para navegar a través del océano abierto. Nidifican en tierra, retornando a las playas para ejecutar grandes puestas de huevos que eclosionan de 6 a 8 semanas más tarde. Existen siete géneros de tortugas marinas: las seis que poseen el caparazón duro de la familia de los Quelónidos, más las tortugas laud que constituyen la familia de los Dermoquélidos.
Formidable
La mayor y más peculiaridad de las tortugas marinas es la laúd, que posee la concha rayada similar a un escudo, y está cubierta por una oronda piel correosa. Algunos ejemplares llegaron a conseguir los dos metros y a pesar más de 700 kg, pero grandes como éstos hace mucho que no se ven, muestra cierta de que la población está en caída.
Las tortugas laúd, pueden sumergirse a tanta hondura como algunas ballenas, pero habitualmente residen en las aguas superficiales. Su principal presa son las medusas, lo que ha supuesto su desdicha, porque las confunde con las bolsas de plástico que emergen en el agua. Éstas estrechan su aparato digestivo, causando su muerte por debilidad.
Indagación
Aunque las tortugas marinas acontecen la mayor parte de su tiempo en el mar, muchos programas de preservación se centran en la fase de expulsión, alertando las playas o empollando artificialmente los huevos (para acrecentar la tasa de persistencia). Este énfasis ha excitado algunas lagunas en nuestro conocimiento sobre estos reptiles: la preservación de huevos y crías, sin el amparo de las tortugas adultas, puede no ser bastante para proteger estas variedades.
3. Tipos de tortugas marinas
Tres tipos de tortugas que se pueden encontrar en el mar, son:
1. Las tortugas Laúd
Las tortugas laúd (Dermochelys coriacea) son las más magnas de las tortugas marinas en la Tierra, con un desarrollo de hasta dos metros de largo y abundan los 900 kilogramos. Estas reliquias reptiles son los excelentes representantes que quedan de una familia de tortugas que remonta sus orígenes progresivos de hace más de 100 millones de años.
Alguna ha predominado en todos los océanos, salvo el Ártico y en la Antártida. Actualmente la población de tortugas laúd está reduciendo velozmente en muchas partes del universo.
Tipologías personales de las tortugas laúd
Mientras que el resto de las tortugas marinas poseen conchas óseas persistes, la cubierta como la tinta azul de la tortuga laúd es algo elástica y casi gomosa al toque. Las tortugas laúd pueden bañarse a depresiones de 1,280 metros más hondas que cualquier tortuga y otras pueden quedarse abajo durante 85 minutos.
Las tortugas laúd poseen la más extensa colocación mundial de todas las variedades de reptiles, y probablemente de cualquier vertebrado. Se pueden hallar en el trópico y las aguas templadas del Atlántico, Pacífico e Índico, así como el Mar Mediterráneo. Las tortugas laúd adultas igualmente cruzan tan al norte como Canadá y Noruega, y tan al sur como Nueva Zelanda y América del Sur.
A discrepancia de sus parentelas reptiles, las tortugas laúd son idóneas de conservar la temperatura del cuerpo caliente en agua fría empleando un único conjunto de aplicaciones que les permite tanto formar y estancar el calor corporal. Estos ajustes contienen gran tamaño corporal, los cambios en la acción de la natación y el flujo de sangre, y una gruesa manta de grasa.
Reproducción de las tortugas laúd
Después del coito, en el mar, las hembras vienen a la costa durante la temporada de reproducción para vivir. El ritual nocturno envuelve la excavación de un agujero en la arena, colocando cerca de 80 huevos, que llenan el nido, dejando una gran zona, trastornada de arena que hace el descubrimiento de los depredadores dificultoso, y últimamente vuelven al mar.
La temperatura en el interior del nido establece el sexo de las crías. Una composición de crías macho y hembra se origina cuando la temperatura del nido es de cerca de 85,1 grados Fahrenheit, mientras que las temperaturas más altas causan hembras y temperaturas más bajas originan machos.
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2. Tortuga boba
La Tortuga Boba (Caretta caretta según su apodo científico) es una de las variedades más grandiosas de las tortugas marinas, las clases de tortugas bobas consiguen 200-400 libras (90 – 180 kg) y hasta 4 pies de extenso (1.2 metros). Se causan a lo largo de las zonas templadas y tropicales del Pacífico, Índico y Atlántico.
Una de la más abundante de las variedades que se hallan en los EE.UU., llevan el apodo (Loggerhead en inglés) por su gran cabeza y la mandíbula de trituración fuerte (derecha), que les accede almorzar presas de cáscara dura , como cangrejos, conchas y caracoles de mar .
Colocación de las tortugas bobas
Las tortugas bobas se hallan en todos los océanos de todo el mundo. Sólo las tortugas laúd poseen una distribución más extensa. La reunión más grande de anidación sucede en Masirah Island frente a las costas de Omán en el Medio Oriente.
En el Pacífico, las primordiales regiones de anidación son Japón y Australia. En el Atlántico, la mayor reunión se origina en la Florida. Son la variedad más común en el Mediterráneo, ya que habitan en las playas de Grecia, Turquía e Israel.
3. Tortugas verdes
La tortuga verde (Chelonia mydas de acuerdo a su nombre científico) es la segunda más grande después de la tortuga laúd. Pueden llegar a pesar hasta 230 kilogramos. Su equitativamente diminuta cabeza, no encogida, se desarrolla desde un caparazón en forma de corazón que mide hasta 150 centímetros. Los machos son levemente más grandes que las hembras y poseen una cola más larga. Ambos adquieren aletas que se igualan a las paletas, las cuales los innovan como unos nadadores poderosos y elegantes.
Dieta de las tortugas verdes
Los adultos son herbívoros, comen en los pastos marinos, algas marinas y otras representaciones de vida vegetal marina. Su pico es cortante, cabalmente adecuado para el pastoreo en praderas de pastos marinos y arañar las algas de las áreas duras.
Distribución de las tortugas verdes
Esta variedad se puede hallar en las zonas subtropicales y tropicales de todo el mundo, con las primordiales playas de anidación en Tortuguero (Costa Rica), Omán, Florida, y Raine Island (Australia), donde miles de tortugas habitan cada noche durante la temporada pico de anidación. Del mismo modo se localizan anidando en Samona Americana, Surinam, Puerto Rico, Georgia, Carolina del Sur, Carolina del Norte, y las Islas Vírgenes de Estados Unidos.
Reproducción de las tortugas verdes
Las tortugas verdes, al igual que otras tortugas marinas, se aventuran largas migraciones de zonas de nutrición para su nidificación, habitualmente en las playas de arena. El coito se origina cada dos a cuatro años y regularmente se lleva a cabo en las aguas poco hondas cerca de la orilla. Para residir, las hembras salen del mar y optan un área, a menudo en la misma playa esgrimida por sus madres, para poner sus huevos.
Ellas ahondan un hoyo en la arena con sus aletas, lo colman con un acoplamiento de 100 a 200 huevos, cubren la fosa y retornan al mar, dejando los huevos para empollar después de unos dos meses. El momento más delicado de la vida de una tortuga verde es cuando hace el viaje desde el nido al mar. Diversos depredadores, ciñendo cangrejos y bandadas de gaviotas, ansiosamente se valen de las crías.
Las tortugas verdes se muestran como una variedad en peligro de extinción, y una subpoblación en el Mediterráneo está registrada como en peligro crítico. A pesar de ello, aún son asesinadas por su carne y huevos.
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Los Quelonios representan un grupo animal muy interesante en la vida terrestre, acabar con ellos seria derrochar a una variedad de seres que no les hace daño a otros seres vivos razonables mayores que ellos. La vida de las tortugas hay que conservarlas, ampararlas es una labor por la cual hay que seguir luchando.